Suplica al cielo.
Mirarnos, abrazarnos, reírnos, besarnos, amarnos,
extrañarnos y volver a buscarnos... así era cada día: los dos juntos y felices,
soñando lo mejor.
Hasta que un día el destino te arrancó de mis brazos. Es
cierto que ambos sabíamos que esto podía pasar, pero ¿tenía que ser tan
pronto?
En tan poco tiempo hicimos, vivimos y disfrutamos...
tantas cosas..., pero nos quedaron tantas otras por realizar tanto que
soñamos.
Me he quedado solo, de nuevo…y ahora… ¿qué hago?
-“Tienes que aprender a olvidarla”, me dijo una
psicóloga
¡¡No!!, no quiero olvidarla. No es que no pueda, si
quisiera tal vez podría, pero no quiero. ¿Como voy a olvidar a la persona que
cambió completamente mi vida?, ¿cómo olvidar a quien me enseñó el verdadero y
más puro amor, el que ni siquiera de niño tuve?, ¿como olvidar a quien me llenó
de cariño, ternura, caricias, confianza, pasión...? No. No quiero olvidarla, y
no lo haré nunca.
-“Debes rehacer tu vida” , me dijo la segunda vez -y
última- que pasé por su consulta
Menos aun; eso sería traicionarla. Y, si bien ella me lo
pidió, no lo he hecho y no lo haré, porque sería lastimar a otra persona empezar
una relación. Y cuando me preguntase si la amo le tendría que mentir
sistemáticamente porque sé que nunca la querré como a Jennifer, y tarde o
temprano le diría: “no, no te quiero ni te amo. Lo siento, pero es la verdad”, y
le rompería el corazón a alguien que no se lo merece.
Nadie jamás podrá entender cuánto nos amamos; cuan
absurdamente enamorados estábamos. Podíamos pasarnos horas sentados en tu jardín
simplemente mirándonos, abrazados, disfrutando de un dulce e infinito beso
durante el cual el universo se podría haber congelado y no nos habría
importado
A veces caminando veo las parejas junto a sus hijos
pequeños y se me hace un nudo en la garganta al pensar que podíamos haber sido
nosotros. Habría sido el hombre más feliz de la historia si hubiera tenido la
dicha de tener familia contigo. Luego me doy vuelta y se me escapan las lagrimas
tras mis lentes oscuras.
¿Por qué tú, mi vida?, ¿por qué no otra persona? ...Y no
me importa sonar como un egoísta. No es justo lo que nos pasó, no es justo que
nos hayan separado así
Lo que más tristeza me da es que ni siquiera puedo
reclamarle a nadie. Me he sentido tan impotente...sin poder más que
llorar, sabiendo que te ibas al cielo y ya no podría volver a besarte...
Es aquí cuando me surge la única pregunta y al único a
quien se la puedo hacer:
¿Por qué si en el cielo había tantos ángeles Dios te
tenía que llevar a ti?
Jenny vos eras mí ángel personal, mi princesa, mi niña
adorada, mi único amor, mi razón para existir y sentir.
Así que aquí estoy, de rodillas, con tu crucifijo dorado
en mis manos, ese que tanto significaba para ti y que me entregaste confiando en
que me ayudaría; su brillo me recuerda el brillo de tus ojos y los míos empiezan
a llorar... y mis lagrimas caen de nuevo sobre él; entonces levanto la vista y
miro al cielo, al oscuro y profundo espacio, más allá de todo hasta donde mi
vista llega, en esta noche en que siento que mi alma se deshace en un llanto
demasiado doloroso y angustiante y mi corazón se desangra; y en un último deseo
busco a un Dios en el que dejé de creer hace mucho cuando te separó de mi y
sólo le suplico una cosa:
¡Señor, por favor , por favor… DEVUÉLMELA!
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